Bwindi

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15/10/2012

bueno, dejamos atrá Bunyonyi, después de la surrealista noche de ayer y emprendemos nuestro camino, después de tres horas de coche, sigue todo verde

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paramos en un mercadillo que vimos por la carretera de los típicos de aquí, en el que lo único raro que hay eres tú, el blanco, mzungu! de ahora en adelante, musung, es lo que hay aquí

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no todo daba asco

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fuimos por caminos de tierra y baches por las montañas con unos precipicios que… pero llegamos para comer, muy chulo todo

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nuestra casa

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una mini siesta de relax y dar una vuelta por la aldea, es increíble como los niños te saludan y te llaman musungu, me hace gracia, qué ricos son todos, me los como, menos al enfadao, me meo

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luego les enseño de que trata este deporte

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paseando nos encontramos a un chico del hostel y nos acompañó a dar una vuelta mientras nos va contando cosas como…. y como… yo no entiendo nada, habla un inglés mezclado con su lengua y complicado el tema, nos lleva hasta una casita alejada de la aldea a ver cómo es una casa típica y como vive una familia muy pobre y bueno, la gente es encantadora, imagino que porque saben que les darás algo de dinero pero los nenes, tenía 5, riquísimos, al principio con respeto y miedo al blanco, pero en cuanto haces una foto y se la enseñas, se parten, pillan confianza y ya te pones a jugar con ellos, geniales y luego la abuela, 90 añitos y sin una arruga…

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Vivían en una casita con el techo como de paja y tenían sus terrenitos para cultivar, lo peor fue que los niños no podían ir a la escuela, una vida entera allí…

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bueno, ya de vuelta al hostel y después de cruzarnos con mil niños al paso de “jelou” y musungu, a cenar y qué rico!
y como no, nueva noche surrealista, nosotros sentados en la mesa, los únicos turistas y luego había unos sofás con 5 negritos allí sentados viendo la tv y vemos que se parten continuamente, así que nos enganchamos a la tele y estaban viendo una telenovela, por cierto, muy buena, ya me la bajaré cuando vuelva, se llama “mara clara” y además de ser penosa, molaba porque primero, traducían al inglés y seguidamente aparecía la voz de un tiarrón de Uganda traduciendo a su idioma, era genial, como molaba, pero la imagen fue surrealista, allí todos sentados viendo la novela, me muero…

hoy es uno de los días grandes y esperado del viaje, los gorilas!!, pero joder, a las 5:40 arriba, vaya manera de empezar, maaalo, media horita en coche y llegamos a la entrada del IMPENETRABLE BWINDI FOREST PARK, mooola
una charlita con otros guiris, se permite la entrada como máximo de 64 personas al día en grupos de 8, charlita sobre las reglas del bosque, de los gorilas y solo te permiten una hora con ellos y todo esto por el módico precio de 500$, sí... es lo que cuesta entrar

cómo es un bosque tropical, tan pronto podíamos pasar de 40 grados a un diluvio, ver los gorilas en 10 minutos o en horas, así pues, da comienzo el viaje al penetrable impenetrable parque este

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hace mil grados, aguaaa, nada más empezar, menos mal que vienen dos israelitas peor que yo, enseguida me hice un nuevo mejor amigo, un negrito, negro negro, que llevaba una ametralladora ahí colgada como si na, hablando de fútbol me lo gané, seguro que antes mata a las israelitas que a mí, eso espero, bueno, después de una hora más o menos subiendo, no se ve na

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llegamos a un punto en el que se habían comunicado los guardias con nuestros guías para decirles que tenían localizado un grupo de gorilas, empezamos a descender una ladera con hojas muuu resbaladizas y pasó lo que me viene pasando en últimos 25 años, al suelo, hostión, pero por qué no se andar por estos caminos, por qué! no lo entiendo… evidentemente después de bajar, toca subir por un caminito, por decir algo, que tela, o me agarraba a los arboles llenos de pinchos o al precipicio, no había elección, los más listos, unos alemanes, que venían con guantes de jardinería de los gordos, putos alemanes, qué listos son para todo

y por fin llegó el momento mágico, los gorilas, ahí, al ladito, como si na, comiendo y a su bola, joder qué bonitos y grandes son, sobre todo el macho dominante, el silver back, como tiene que ser, con dos cojones, había también un bebé, pero ya grande, y otros dos o tres más, en total 5, comiendo y comiendo, no hacían nada, solo unos ruidos muuu extraños y me quedo loco como suben y bajan árboles, parecen monos, pero es que pueden llegar a pesar 200 kg., y unos brazos… te meten una y te han matao

tampoco haces y ves mucho más, te mueves en apenas unos metros y con mucho cuidado porque estás en pendiente muy grande, un resbalón y adiós, así que unas fotitos que no se ven naa

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unos vídeos, y te quedas tonto mirando, son muy bonitos, eso sí, pasó uno una vez por delante mía que me acojoné un poco la verdad, le ves ahí caminando que viene hacia ti y piensas, me mete, me mete, con todos los que somos y viene a por mí, me mete seguro, mejor ver lo cerca que estuvo

un vídeo

un vídeo

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bueno, dice una guía que quedan 5 minutos y decido dar un pequeño saltito para acercarme todavía más a uno de ellos y cuando salto, noto un gggjjjrrrhhhh, esta es la palabra que describe cuando se rompe tu pantalón, nooo, no puede ser… disimulo un poco porque nadie lo ha visto y sigo grabando

un vídeo

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todo genial hasta que nos vamos y empezamos a descender, el pantalón cada vez más gggjjjrrrhhhh, por los huevecillos, hasta que va a más a más, no puedo, si es que solo de pensarlo, en gayumbos por la selva, ya no puedo más y se lo digo a Noemí a la vez que me ven los alemanes y evidentemente, a descojonarse, pero es que cinco minutos después, también se estaban descojonando los guías, en fin, que desgracia, todo el camino de vuelta con el pantalón roto

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pero mereció mucho la pena

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hasta que llegamos al campo base y nos dan la típica charlita de que están muy agradecidos, un grupo majísimo... la propina faltaba decir, que nos daban un diploma que certificaba haber hecho el trekking y como no, iban nombrando de uno en uno y salías al centro de la sala, dabas la mano a los guías y la gente aplaudía, hasta ahí hubiese sido normal si no es porque cuando dijeron: “deivid”, david se levantó con sus pantalones rotos al centro del escenario y todo el mundo empezó a descojonarse, surrealista

bueno, pasada la vergüenza bajamos a buscar a nuestro guía y nos quedamos hablando con él explicando el trek, los gorilas, el bosque, el diploma y de pronto, sin más, david dice: “aaaaaaaaaahhhhhhhh” no sé qué fue pero sentí el pinchazo más grande de mi vida en la frente, vaya grito de los míos metí, qué pasa, qué pasa, me dicen, no séeee, algo me ha picado y me duele muuucho, voy a morir, lo sé, el conductor y Noemí, muertos de risa y yo, mal mal mal, qué dolor, qué escozor, por qué a mí? por qué!

en fin, vuelta a nuestro lodge y una vez más, pero ya la última, risas con la gente de aquí por mis pantalones y mis pintas patéticas, una duchita más necesaria que rica, un café necesario y a ver la novela

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me voy que he visto una iglesia por aquí cerquita a rezar, que sea lo que sea que me haya picado, que no lleve malaria, por favor dios, por favor, ya sé que no voy nunca a mi misa, pero mi abuela lleva 70 años yendo por todos, te vale, no?

salimos a dar una vueltecita por la aldea por caminos perdidos del mundo y es increíble ver como en cualquier rincón hay una casita, su familia, su huertecito, qué chulo

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eso sí, los niños lo primero que aprenden es: “give me money”, en fin

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damos media vuelta e intentamos encontrar una escuela flipante que habíamos visto desde la carretera pero no, no la vemos, o sí, no sé, aparecen estas fotos

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ya me hubiese gustado a mí tener este patio en mi cole

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y empieza a perseguirnos un grupito de chavalines y se ponen a jugar con nosotros mientras caminamos, como molan

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damos media vuelta de nuevo porque el cielo vuelve a estar negro negro… y camino de casa, empiezan los niños a correr, miramos para atrás pero no vemos a nadie, uhhhmmm, que será? no sé… se paran de nuevo y siguen jugando y cantando, vaya bailecito se metieron, ya quisiera yo ese ritmo, estuvo guay, pero desgraciadamente tuve que cortar el video rápidamente porque ya sabemos porque corrían los nenes, el diluvio ya está aquí

un vídeo

una carrerita de muerte y nos volvemos a librar por un minuto, ufff como cae, tela… a cenar y por supuesto, no nos íbamos a ir a la cama sin ver nuestra novela, así que la puso la del hotel y nuevo momento repetido, sentados en el sofá, como en casa… viendo la telenovela, totalmente surrealista, hasta que al rato, aparecen los colegas de ayer que vienen a ver la telenovela, vaya imagen, los negros y los musungus juntos para ver la novela, en fin, moola, ale, a la cama que mañana muy muy pronto nos vamos.


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